- Ddser presentó el "Protocolo para la atención de niñas, adolescentes y mujeres víctimas de violencia sexual"
Zurya Escamilla Díaz | Tlaxcala | 13 de noviembre de 2024
Falta de conocimiento y recursos, así como el temor de los servidores públicos a represalias impiden una adecuada atención a las niñas, adolescentes y mujeres que viven violencia sexual en Tlaxcala, dio a conocer Rosario Texis Zúñiga, directora de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos (Ddser), durante la presentación del protocolo de atención a este tipo de situaciones y su posterior entrega a representantes de distintos entes públicos.
En el auditorio de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) presentaron el protocolo resultado de un trabajo que iniciaron en 2021 en diferentes municipios del estado para identificar, atender y acompañar a mujeres de todas las edades con este producto final del proyecto internacional "En comunidad prevenimos y respondemos ante la violencia sexual y el embarazo infantil" que desarrolló la organización Equidad de Género, Trabajo y Familia, A.C a través de la Ddser.
Texis Zúñiga precisó que este protocolo parte de la necesidad de establecer una ruta de actuación para atender a la población femenina afectada por la violencia, luego de las observaciones que han realizado durante el trabajo de campo y la urgencia de reconocer qué sucede en las comunidades donde identificaron un mayor número de casos.
Detalló que encontraron que 10.9 por ciento de las mujeres mayores de 15 años vivió alguna forma de violencia sexual durante su infancia. En 21.6 por ciento de los casos por parte de un primo, en 19.9 por cieno de los casos de un tío o tía; en 14.7 por ciento de los casos por parte de una persona cercana no familiar (vecinos, conocidos); 11.9 por ciento de algún desconocido; y 8.7 por ciento de algún otro familiar.
Consecuencia de ello, identificaron algunos obstáculos para atender éstas y otras formas de violencia como la falta de enfoque de infancias en la atención, resultado de una visión adultocéntrica en la atención incluso en ámbitos como la educación y la salud; la falta de protocolos o desconocimiento de los que ya existen, así como de las formas de acompañamiento; negligencia del funcionariado público; el arraigo de la cultura de la violencia en las comunidades; falta de confianza en las autoridades; temor de los primeros respondientes a represalias porque incluso algunos de los casos están relacionados con otros delitos de alto impacto; escasez de recursos para la atención; y prácticas de violencia en las familias como la venta de niñas por parte de sus propias familias.
Por ello, la directora de Ddser Tlaxcala precisó que el protocolo plantea como ruta de actuación la canalización a fiscalías especializadas, conformación de redes de apoyo, capacitación y sensibilización a funcionariado público de primer contacto, en escuelas y comunidad, a personas que acompañan a víctimas; seguimiento de las denuncias; difusión de protocolos, e integración de equipos multidisciplinarios.
En su mensaje, Ania Maritza detalló que este trabajo se llevó a cabo en 12 municipios de los estados de México, Puebla, Hidalgo y Tlaxcala con la finalidad de desarrollar un mecanismo para dar respuesta inmediata, respetuosa y con enfoque de derechos humanos tanto desde la sociedad civil como desde las instituciones públicas a niñas, adolescentes y mujeres que viven alguna situación de violencia.
Recalcó que el protocolo de atención pretende dotar de herramientas a todas las personas, especialmente al personal que tiene contacto directo con la población, para la detección oportuna de daños físicos, emocionales o psicológicos a fin de evitar que escale a consecuencias más graves, pero también para asegurar el derecho de acceso a la justicia y que las instituciones cumplan con sus obligaciones legales con sensibilidad, profesionalismo y rapidez.
Por su parte, Adriana Jiménez Patlán, líder de la organización Equidad de Género, Trabajo y Familia, A.C, puntualizó que la violencia es un tema que debe ocupar no solo a las mujeres, a las activistas y a las instituciones; sino también a la comunidad y a los hombres especialmente para que asuman su responsabilidad en el tema, pero de igual forma para visibilizar las diferentes formas de violencia de las que son objeto desde la niñez.
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