Redacción (Tlaxcala, 21 de agosto de 2024) Hace ya varios años María de Jesús Flores Romero, del municipio de Apizaco, perdió la audición; eso la orilló a aislarse de su familia y a perderse de largas conversaciones con sus hijos, hermanos y su pareja. No escuchaba nada, ni música, ni los sonidos ambientales comunes en su colonia, como el ladrido de un perro, el canto de un ave o el saludo de un vecino.
Tras una cirugía, "disminuyó el audio y una terapeuta me trajo aquí, a la Secretaría de Bienestar, porque me dijo que aquí entregaban aparatos auditivos a través del Programa de Ayudas Funcionales para Personas con Discapacidad. Vine, me recibieron muy amables, me anotaron y me pusieron en lista de espera y gracias a Dios sí me dieron mi aparato auditivo”.
Ese gesto le cambió al 100 por ciento la vida. “Anteriormente me aislaba de mi familia, ellos se ponían a platicar en la sala, yo me iba a la cocina o a la recámara, o a otro lado porque yo no escuchaba lo que ellos platicaban, ahorita ya convivo con mi familia; incluso, tengo nuevas amistades, juego con mis nietos y les comparto mis experiencias, lo que antes no hacía yo porque no los escuchaba”, reconoce.
María de Jesús comparte que ella, por cuenta propia, no podría haber comprado un aparato para escuchar porque su presupuesto no le alcanza: “Yo no tenía posibilidades económicas, es decir dinero, fui una vez a un otorrino porque tenía yo infección en el oído y me dijo que necesitaba unos aparatos y me recomendó un lugar donde los hacen y me salían en 15 mil pesos y, la verdad, no podía yo, y así me quedé por muchos años todavía”.
Se dice afortunada de haber coincidido con una persona de buen corazón que le mostró el camino para llegar a la Secretaría de Bienestar Estatal y que incluso le dio el acompañamiento correspondiente para obtener sus auxiliares auditivos que hoy le permiten estar de nuevo con sus seres queridos en charlas y largas conversaciones.
Pero, sobre todo, lo que más agradece María de Jesús es la atención y el hecho de haber recibido sus nuevos oídos, como dice ella de manera gratuita, porque el programa de Ayudas Funcionales para Personas con Discapacidad le concedió el deseo de volver a escuchar.
“Escucho bien, ya no tengo que alejarme por no saber de qué hablan, sino al contrario integrarme a las conversaciones, disfrutar la música. Invito a las personas que como yo han perdido el sentido auditivo a que pidan la ayuda de la Secretaría de Bienestar Estatal porque ellos si cumplen, nos atienden con sensibilidad, y sobre todo no tenemos que pagar ni un solo peso porque son gratis”, concluyó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario