Servidores públicos y pueblo deben abonar a la construcción de la paz: Obispo

Zurya Escamilla Díaz (Tlaxcala, 20 de mayo de 2024) El don de la paz, fue la encomienda que el obispo de la Diócesis de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, hizo a la Virgen  de Ocotlán que como cada tercer lunes de mayo bajó de su altar en la Basílica para recorrer las principales calles de la ciudad capital.

    Ante la presidencia municipal de Tlaxcala, el obispo enfatizó que todas las personas tienen el deber de ser instrumentos y constructores de paz como anhelo de la humanidad a lo largo de la historia, especialmente quienes se encuentran al servicio del pueblo.

    Por ello, llamó a fortalecer el compromiso por la paz y el bien común desde el ámbito local mediante una arquitectura de la paz en la que intervengan todas las instituciones desde sus respectivas competencias.

    Sin embargo, Salcedo Aquino también fue enfático respecto a la responsabilidad social de abonar a la construcción de la paz; pues indicó que no solo hay una arquitectura, sino una artesanía de la paz que involucra a todas  las personas en el cuidado de esta "flor frágil  que trata de florecer entre las piedras de la violencia".

    En este sentido, refirió que las y los tlaxcaltecas cuentan con riquezas culturales y humanas que pueden abonar a la paz, tales como el aprecio por el valor de la familia, la hospitalidad, el bien común, la solidaridad, las fiestas cívicas y religiosas, el sentido de comunidad, la sensibilidad por el arte, entre otras.

    Por lo que pidió tener la disposición de construir paz, trabajar por el bien común, fortalecer la identidad desde los valores culturales; ya que son conscientes de temas como la pérdida de habilidades para convivir, la fractura familiar o vecinal, las diferencias generacionales y las desigualdades.

    "La política, si se lleva a cabo en el respeto fundamental de la vida, la libertad y dignidad de las personas es una forma eminente de la caridad y contribuye a la paz", concluyó el obispo de Tlaxcala.

    Desde la primera hora de este lunes, la imagen de la Virgen de Ocotlán inició su recorrido por la capital donde visitó los principales templos: San José, la Catedral, la Capilla de San Nicolás; así como puntos asociados con las personas comerciantes como el mercado Emilio Sánchez Piedras; la Central Camionera donde hubo oración por los transportistas para luego regresar a la Basílica.