Zurya Escamilla Díaz (Tlaxcala, 24 de marzo de 2024) En el marco del Día Mundial del Agua, el Centro Fray Julián Garcés demandó a las autoridades estatales y federales leyes para la preservación del agua, regulación sobre su uso y la emisión de sustancias contaminantes; así como atención prioritaria a la devastación socio ambiental de la cuenca del Alto Atoyac.
En un comunicado, la organización destacó que han pasado siete años desde que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió la recomendación 10/2017 por la contaminación y consecuente afectación a los derechos de quienes viven a lo largo de la ribera del Atoyac-Zahuapan; por lo que pidieron que se cumpla con las recomendaciones específicas de forma real y no solo como trámites administrativos.
Recalcaron que se requieren leyes para la conservación del agua para los ecosistemas y las personas, con respeto a su organización comunitaria y con participación ciudadana; regulación del uso del este recurso y de la emisión de sustancias industriales que lo contaminan.
El Centro recordó que en la recomendación, la CNDH estableció que algunas de las principales causas de la contaminación son la creciente expansión demográfica e industrialización desordenada que generan sustancias químicas y biológicas que terminan en la cuenca que rebasa los límites máximos permisibles en la norma.
"La recomendación establece tres puntos fundamentales, que no se pueden perder de vista. El primero, que determinó la existencia de la relación entre la contaminación y enfermedades en la zona, dándonos la razón a las comunidades en lo que hemos denunciado desde hace más de 20 años; el segundo, que las autoridades siempre tuvieron conocimiento de la situación y han aplicado medidas insuficientes o han sido omisas; y en tercer lugar, que en un plazo de seis meses debía celebrarse un convenio de coordinación interinstitucional para diseñar y ejecutar un Programa Integral de Restauración Ecológica o de Saneamiento de la Cuenca que tomara en cuenta a las organizaciones de la sociedad civil que quisieran participar, el cual fue reducido a un Plan de acciones de Saneamiento (PAS) que no es más que una serie de "metas anuales” por dependencia, dispersas entre sí", indicaron.
Sin embargo, hasta el momento ni los gobiernos estatales ni los municipales de Puebla y Tlaxcala han atendido el problema, lo que ha derivado en que los casos de enfermedades crónicas no trasmisibles como leucemia, enfermedad renal continúan latentes como lo documentó el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (CONAHCYT) en el Primer Informe Estratégico, Cuenca del Alto Atoyac (Tlaxcala y Puebla): Región de Emergencia Sanitaria y Ambiental; Problemática socioambiental y recomendaciones para su atención integral, elaborado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt).
"Las industrias de los ramos automotriz, eléctrico, químico y textil son las que tienen más emisiones de contaminantes; que en todas las regiones de Tlaxcala que integran la Cuenca, la tasa de mortalidad por Enfermedad Renal Crónica, en personas de entre 15 y 49 años, es de 1.2 hasta 4.7 mayor a la media nacional; que la contaminación no es exclusiva de los ríos u otros cuerpos de agua, sino que se habla de la contaminación de toda la Cuenca, incluyendo el aire, la tierra y el agua", agregaron.
Por ello, señalaron que con reformas legislativas que excluyen a las comunidades en la gestión del agua y omiten la responsabilidades de las industrias en cuanto a su extracción y tratamiento, el problema se agravará.
"Un peligro más respecto a la devastación socioambiental de la Cuenca del Alto Atoyac, son los planes y programas de ordenamiento territorial –el de la cuarta zona metropolitana del país Puebla-Tlaxcala y los planes municipales– en los que no se cuida el saneamiento ni se previene una mayor contaminación en la Cuenca y de quienes habitamos en ella, sino que se organiza el territorio de manera que se facilite la instalación de la industria y la urbanización salvaje", señalaron.
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