Zurya Escamilla Díaz (Tlaxcala, 18 de marzo de 2024) Seis años y seis meses después de aquél 19 de septiembre de 2017 y en vísperas de la fiesta patronal de San José, el templo en su honor abrió nuevamente sus puertas a la feligresía luego de una procesión que partió desde la Basílica de Ocotlán la tarde de este lunes.
Precedido por imágenes de santos que también retornaron a sus nichos en el inmueble, la imagen de San José, el niño Jesús y la Virgen María avanzaron por la calzada de Ocotlán para después recorrer las principales calles de la ciudad de Tlaxcala en medio de cantos, rezos, velas e incienso y un camino adornado con los colores propios del santo: verde y amarillo.
El obispo Julio César Salcedo Aquino, acompañado de integrantes de la Diócesis de Tlaxcala avanzó frente a la imagen que se detuvo ante los altares montados en distintos puntos de la capital para ofrecer oraciones en honor a San José y recordar algunos pasajes de dolor y de gozo contenidos en los evangelios.
Ya frente al templo, las imágenes de quienes integran la Sagrada Familia fueron colocadas sobre un templete donde les ataviaron con un manto bajo el cual desfilaron los asistentes al evento. Por primera vez en 78 meses, las luces internas de la iglesia se mantuvieron encendidas y el atrio se iluminó una vez que el obispo abrió las puertas.
"El 19 de septiembre de 2017, como recordamos, padecimos un fuertecito que afectó no solo templos, sino la vida de nuestras familias. Este templo de San José también se fracturó, la reserva del Santísimo Sacramento y las imágenes de San José y su esposa María tuvieron que ser resguardadas evocando lo que sucedió en la vida de la familia de Nazaret que en varias ocasiones tuvo que dejar el hogar nazareno", observó Salcedo Aquino en un mensaje a la feligresía.
Agradeció que el templo pudiera abrir sus puertas tras momentos difíciles como los sismos de 2017 y la pandemia de Covid-19 para que los creyentes puedan nuevamente recibir las celebraciones eucarísticas y la fe de las familias tlaxcaltecas.
El obispo también agradeció al padre Marco Antonio Padilla y a sus vicarios porque durante estos seis años y medio cuidaron el celebrar las mismas en la explanada, a pesar de las dificultades climáticas y logísticas para hacerlo posible.
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