Por Zurya Escamilla Díaz (agosto, 2021)
Las lenguas ayudan a representar la forma en que una sociedad concibe su entorno, las relaciones en ella y con la naturaleza; por lo que preservarlas es crucial para garantizar los derechos, la autonomía y cada aspecto de la cultura que encarnan los pueblos.
“Hay momentos en que pareciera que necesitamos que venga una persona del extranjero para decirnos lo imparte que es nuestra lengua, nuestra cultura y nuestra nación”, refiere Elvira Conde Romero, licenciada en educación primaria para el medio indígena y hablante nativa de náhuatl en San Isidro Buensuceso municipio de San Pablo del Monte.
Cada 9 de agosto se conmemora el día internacional de los pueblos indígenas. Este año, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha llamado a asumir un nuevo contrato social que atienda sus necesidades y contribuya a mantener su legado. Sin embargo, el mismo organismo internacional estima que de las 6,700 lenguas originarias que hay en el mundo, el 50% habrá desaparecido para el año 2100.
Durante siglos, la educación para los pueblos indígenas en México se ha enfocado en la castellanización de los hablantes de alguna lengua nativa. Aun así, el avance y éxito ha sido lento. Recientemente, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer que la tasa de analfabetismo entre este sector alcanza el 15.86%; es decir, 12 puntos porcentuales por arriba del promedio estatal, si bien se debe reconocer que cada vez es menor entre la población más joven.
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