Por: Karen Sharon Martínez Velázquez (Tlaxcala) Hace días en la Jornada de Oriente, pudimos leer la postura y sus ¿argumentos? frente a la despenalización del aborto de dos diputados del congreso local. Las cuales se centraban en opiniones y percepciones personales frente a la realidad inmediata que les compete legislar. La primera declaración corresponde al Diputado Víctor Castro López, quien declara que, como representante de la Comisión de Salud, está a favor de la vida y que por ese motivo defenderá el derecho a la vida, entre muchas otras declaraciones redundantes, ése era su argumento central.
Aquí encuentro una primera falla en cuanto a lo que se cree que se está proponiendo al despenalizar, ojo aquí, DESPENALIZAR el aborto. No se habla de estar a favor de, se habla de DESPENALIZAR ¿qué quiere decir esto? El juego de palabras es importante, porque la primera supone una postura de estigmatización frente a las personas que pudieran comulgar con la propuesta de despenalización. Mientras estar a favor significa que una no solo lo permite, sino que está de acuerdo con su existencia y el suceso en sí, hay una especie de aliento a realizar dicha actividad, y créanme nadie se levanta diciendo hoy quiero abortar, es mi meta del mes o afirmaciones tan absurdas como esa, que pareciera que así lo entienden estos sujetos o así lo hacen parecer.
La despenalización, por otro lado, significa que lo que se busca es erradicar el elemento PUNITIVO a una práctica existente que tiene que ver con una decisión que atraviesa el proyecto de vida personal de las mujeres, de la pareja, del entorno y condiciones necesarias que existen o no para la crianza de un ser vivo que requiere cuidados básicos para su existencia y desarrollo plenos, que depende de alguien para existir y que ese alguien debe estar dispuesto a brindarle no solo alimento, abrigo, y techo, también aquello que nutre al ser humano y le alienta a crecer de la forma más plena posible, porque es una vida la que se forma, un individuo, un ser humano.
Tener hijas o hijos no es una práctica que culmine en el parto y para esta importante tarea es importante como escribía Nietzsche: “(…) que tú victoria y libertad ansíen la paternidad” y desde luego la maternidad. Entonces cuando repetimos que estamos a favor de la vida ¿será que nos referimos a lo que significa VIVIR con todas sus implicaciones al puro acto de nacer?
Otro ¿argumento? fue el de la Diputada Luz Vera Díaz quien, según la nota recordó que su actividad laboral ha sido en materia educativa, ella entonces se sitúa desde esta perspectiva y declara: “En 15 años he trabajado en pro de la vida y mi trabajo consistía en el desarrollo del niño desde los cero meses; entonces estoy a favor de la vida, entendemos que a veces hay situaciones que ameritan cortar el embarazo, pero no sabemos el fin de este niño si llega a nacer. Estoy a favor de la vida, estoy en contra del aborto (…) daré mis argumentos para defender la vida porque desde hace 15 años he defendido la vida y no puedo ir en contra de mis propios ideales.”
Resulta sumamente interesante esta declaración pues ¿Cuál sería la relación existente entre las condiciones reales de una mujer que decide interrumpir (no cortar) un embarazo tales como; condiciones económicas, emocionales, de familia, de profesión, etc. y la de una maestra de aula que no viste, calza, alimenta, sostiene el andar de esos niños?
Pareciera que se emiten juicios desde el ideal de ver a un niño o niña por un lapso de tiempo y desconocer totalmente lo que implica que ese niño o niña esté parado ahí dispuesta o dispuesto a aprender; pediatra, comida, ropa, escuela, lunch, pasaje, mochila, uniforme, apoyo en tareas, etc que por mucho que quiera una maestra no puede brindar ni conocer del esfuerzo de las madres y padres ni a la mitad, porque no lo viven ni lo acompañan (las que lo hacen porque las hay, bien bellas y comprometidas no se atreven a decir cosas a la ligera).
En fin, comprendo que ése sea el ideal de la diputada como ella bien lo señala. No obstante, sería bien importante tener presente que, ella no legisla para ella misma y sus ideales esa no es su función. Su función es legislar para, frente y con una sociedad específica que la eligió como representante local porque se asume que conoce la realidad y los elementos de esta sociedad en específico.
Es imperativo que las y los legisladores que van a reflexionar sobre nuestra realidad y a legislarla con posibles reformas tengan claro que la vida personal y experiencias de cada uno, pueden guiar, nutrir y regir sus decisiones personales, pero es el diagnóstico y el tratamiento de cifras, de realidades sociales, de circunstancias propias de Tlaxcala lo que debe guiar el debate de la DESPENALIZACIÓN del aborto.
Nadie les resta la experiencia en sus áreas profesionales pre legislatura, pero deben saber que esas experiencias no son generalizables a toda la población, a todas las mujeres y a todas las niñas y niños del Estado, eso es mirar corto y legislar desde el escritorio no desde la realidad social. Las cuestiones de Salud Pública no pueden argumentarse desde la experiencia personal ni desde imaginarios sociales desinformados que responden a una lógica punitivista y sesgada.
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